La piedra del calentador de vapor produce vapor al verter agua sobre ella. Para ello, debe calentarse (entre 280 y 600 grados). Generalmente, existen dos métodos para calentar la piedra en los calentadores:
• Calentamiento directo: cuando las piedras se calientan mediante la llama y el humo de un fuego ardiente.
• Calentamiento indirecto: cuando las piedras se calientan desde el cuerpo metálico del calentador o desde elementos calefactores eléctricos.
La forma, el tamaño y el tipo de piedra dependen del método de calentamiento. Los calentadores metálicos calientan las piedras en las superficies del cuerpo, por lo que deben colocarse a no más de dos capas de la superficie calentada. Las piedras deben ser grandes, del tamaño de un puño (10-15 cm). Se calientan bien con el metal y acumulan suficiente calor para generar vapor.

En los calentadores eléctricos, las piedras se calientan mediante resistencias eléctricas colocadas en un tanque para piedras, a poca distancia entre sí. Esto garantiza un calentamiento uniforme de todas las piedras. En este caso, se utilizan piedras más pequeñas, de 5 a 7 cm.
Las piedras colocadas en el calentador deben lavarse a fondo. Su ubicación también es fundamental para un baño de calidad. Si se colocan demasiado juntas, es posible que no se alcance la temperatura deseada en la sauna, ya que la circulación deficiente del aire entre ellas perturbará la combustión del calentador. Es recomendable colocar las piedras libremente, ni demasiado juntas ni demasiado dispersas, y la pila de piedras sobre el calentador no debe ser demasiado grande. Una correcta colocación de las piedras en el calentador garantizará una buena circulación del aire y acelerará el calentamiento de la sauna.
La calidad de las piedras de sauna es fundamental para generar un buen vapor y garantizar sesiones seguras. Aquí te explicamos por qué:
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Retención y liberación de calor : las piedras de alta calidad (p. ej., gabro-diabasa) se calientan lentamente y liberan el calor de forma uniforme. Esto produce un vapor más suave, más agradable y menos áspero.
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Resistencia al calor : las piedras de mala calidad o inadecuadas (por ejemplo, piedras de campo con grietas, humedad o impurezas orgánicas) pueden agrietarse o incluso explotar bajo altas temperaturas y exposición al agua. Esto representa un riesgo para la seguridad.
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Calidad del vapor : las buenas piedras producen un vapor fino y suave que se distribuye uniformemente por toda la habitación en lugar de quemar la piel.
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Durabilidad : las mejores piedras duran más y no necesitan reemplazarse con tanta frecuencia.
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Higiene : las piedras diseñadas específicamente para saunas no contienen impurezas nocivas, lo que evita los olores desagradables o el humo.
En resumen, las piedras seleccionadas correctamente no solo mejoran el disfrute de la sauna, sino que también garantizan la seguridad.
Se recomienda cambiar las piedras de la sauna una vez al año, pero si la sauna es para uso comercial, debería revisarlas con más frecuencia. No es necesario cambiar todas las piedras al desecharlas. Simplemente retire las piedras del calentador y límpielo, compruebe si se están desmoronando; si están lo suficientemente duras, lávelas y vuelva a colocarlas en el calentador. Reemplace las piedras faltantes con piedras nuevas.
Tipos de piedras recomendadas para la sauna: jadeíta, esteatita, cuarcita frambuesa, cuarcita blanca, piedras cerámicas, diabasa de olivino.
Jadeíta: una piedra semipreciosa especialmente adecuada para la sauna gracias a sus propiedades físicas y curativas. Es resistente, sus esquinas no son afiladas ni escamosas, y absorbe poca agua. En la sauna, proporciona un vapor ligero, suave y fino. Sus recursos mundiales son limitados, no reacciona con los ácidos, purifica el aire y se extrae manualmente. No existen reservas de esta piedra en Europa. La piedra libera ácido silícico (con efectos analgésicos, antitóxicos y antiinflamatorios), es extremadamente limpia y posee una gran cantidad de minerales esenciales para el cuerpo humano. Se dice que, gracias a sus propiedades estructurales y composición química, la jadeíta también posee propiedades curativas: fortalece el sistema nervioso, normaliza la presión arterial, suaviza las paredes de los vasos sanguíneos, mejora la composición sanguínea, mejora la potencia sexual y la función renal y ureteral.
• Esteatita (talcoclorito): una piedra compuesta de minerales duros y blandos que se prestan fácilmente al procesamiento. Durante su formación, las partículas de talco se transformaron en magnesita, por lo que se unen mediante enlaces extremadamente fuertes, formando así una masa sólida de piedra. La esteatita es resistente a altas temperaturas, posee una conductividad térmica excepcional y posee propiedades únicas de excelente acumulación de calor, por lo que se la conoce desde la antigüedad como un material ideal para la sauna. El vapor que emana de estas piedras es muy similar al que produce la jadeíta.
La cuarcita frambuesa, es decir, el pórfido, gracias a sus propiedades físico-mecánicas únicas, es la piedra más duradera utilizada en todo tipo de baños y saunas. Gracias a su alta densidad y baja conductividad térmica, la cuarcita frambuesa emite un vapor suave en la sauna. Se dice que regula la presión arterial y alivia el dolor de espalda.
Cuarcita blanca: gracias a su alta densidad y baja conductividad térmica, proporciona vapor muy ligero y de buena calidad durante mucho tiempo. Es muy resistente a las altas temperaturas y a los cambios de temperatura, por lo que no se desmorona durante mucho tiempo en los calentadores de sauna. Su composición química la convierte en cuarzo casi puro (hasta un 98%). La cuarcita blanca utilizada en la sauna ayuda a limpiar los órganos respiratorios, los enriquece con oxígeno y aporta energía saludable al cuerpo.

Piedras cerámicas: hechas de arcilla, diseñadas para calentadores eléctricos con vapor seco y escaso. Gracias a su estructura porosa, las piedras cerámicas para calentadores pueden absorber agua, creando un vapor más rico y suave. Además, se puede utilizar más agua para producir vapor. Dado que las piedras evaporan bien el agua, el nivel de humedad en la sauna se mantiene suficientemente alto.
La diabasa de gabro es una piedra orgánica negra, no porosa, que no emite sustancias. Se calienta muy bien y desprende calor rápidamente, y no tarda mucho en agrietarse. Excavada en Carelia.
¡Eligiendo las piedras de sauna adecuadas, podrá disfrutar de un gran vapor y de un calor uniforme en la sauna!
